Las Tradiciones, recogidas en el Tratado de Avalon, son las normas que aplican a todos los cónfluxes por igual, y que son mantenidas por la Orden de Guardianes. En su formato más corto, son las siguientes:
Tradición de la Palabra: no hablarás de magia a los mundanos.
Tradición de la Acción: no practicarás magia delante de los mundanos.
Tradición de la Censura: no practicarás Demonología, Nigromancia ni Cronomancia.
Tradición del Dominio: no buscarás usurpar el legítimo gobierno de un Cónflux
Tradición de la Llave: tendrás derecho a practicar magia independientemente de tu linaje.
Tradición del Oro: no influirás en la economía mundana con tu magia.
Tradición del Hierro: no suplantarás a un Guardián directa o indirectamente.
Tradición del Susurro: no permitirás a sabiendas que otros rompan las Tradiciones, o serás castigado.
Tradición del Erial: te someterás a la Orden de Guardianes si eres capturado fuera de un Cónflux.
Con "Artes Censuradas" nos referimos a las áreas de estudio mágico restringidas por la Tradición de la Censura, la tercera Tradición del Tratado de Avalon y una de las originales.
Todas estas materias fueron censuradas debido al gran peligro que suponían para el tejido de los cónfluxes europeos, aunque algunos historiadores mágicos también leen un razonamiento más cínico y político en la decisión. Cabe destacar que en el momento de la introducción del Tratado de Avalon, ciertas familias de sangre vieja prominentes pero impopulares internamente, como Grey, Faust, Drachenberg, Artemisa, Tamariz, Gaspar de Baltasar y Twardowski tenían gran parte de su influencia en algunas de estas artes. A pesar de las dimensiones políticas que pudieran haber estado detrás de la decisión, probablemente lo mejor es que acabaran siendo limitadas por el Tratado de Avalon.
Aun así, como se sabe que dijo Otilia von Drachenberg durante las conversaciones originales: "Si preocupa a sus mercedes el posible abuso de poder, ¿por qué se censura nuestra Cronomancia y no la Magia Mental de nuestros rivales?". Sin duda, esto tenía mucho que ver con el poder político de las familias que practican principalmente la Magia Mental; ciertamente, la Magia Mental es tan peligrosa y propensa al abuso como algunos de estos campos. Como resultado, la Magia Mental o su uso siguen estando reguladas en muchos cónfluxes, pero la voluntad política de plasmar esto en las Tradiciones no ha cristalizado.
La Demonología es un subcampo bastante potente y horripilante de la Invocación. Mientras que la Invocación trata principalmente con espíritus relativamente benignos y a menudo serviciales, la Demonología se sumerge en las profundidades de las Dimensiones Mazmorra en busca de seres poderosos y malignos y de su eterno servicio. Aunque algunos de los conceptos básicos que se enseñan en los cursos de Invocación pueden utilizarse para los propósitos de la Demonología, los secretos exactos de cómo realizar una ritual demoníaco siguen siendo vagos para la mayoría. Esta incertidumbre no disuade a aquellos que ambicionan ganarse a los Archiduques del Infierno.
Otro subcampo extremadamente peligroso de la Invocación, la Nigromancia es la manipulación de la propia muerte.
Arquetípicamente implica el levantamiento de legiones de muertos vivientes, aunque algunos autoproclamados Nigromantes han llegado a decir que se trata de un uso excesivamente simplista de un arte extremadamente complicado e intrincado, casi como clavar un clavo con el lado romo de un soldador de arco. Los expertos en Nigromancia pueden mantener su cuerpo en un estado inestable de no-vida durante cientos de años e incluso atrapar espíritus y almas para que cumplan sus órdenes. Estos conceptos suelen horrorizar a la mayoría de hechimantes de bien.
La Cronomancia, un subcampo de la Aritmancia, también se conoce con el nombre más descriptivo de Magia del Tiempo. Aunque algunos la consideran la "menos mala" de las Artes Censuradas, otros saben lo perjudicial y peligrosa que puede llegar a ser la manipulación del tiempo. Los Cronomantes fuera de control son escasos, ya que el tipo de hechimante que se deja llevar por la sensación de poder que suelen generar las Artes Censuradas también suele carecer de paciencia para las complejidades de la manipulación temporal, al menos ese es el razonamiento más popular que explica la ausencia de un gran número de criminales de este tipo.
Por supuesto, el estudio legal de las Artes Censuradas sigue teniendo lugar bajo la estricta supervisión de la Orden de Guardianes. Después de todo, aunque la pureza de acción puede ser encomiable en algunos casos, es casi imposible luchar contra un practicante de Demonología sin saber lo suficiente para realizar un exorcismo, y es igualmente imposible desenmarañar un enredo temporal sin conocer al menos los fundamentos de la Cronomancia. Como tal, la Orden de Guardianes está más o menos obligada a permitir al menos cierta exploración de estos conceptos, aunque prefieren mantener esta faceta del estudio académico estrictamente vigilada. Es interesante observar que muchos Guardianes que emprenden estos estudios suelen pertenecer a familias como Faust, Gaspar y Artemisa.